Sobre el esperanto

Sobre el esperanto

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La lengua peligrosa

El esperanto y los trabajadores

Los anacionalistas

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La edad de oro del esperanto

Una lengua sospechosa pero tolerada

Ni clases ni fronteras

Un patrimonio casi desconocido

Una literatura madura

Las traducciones al esperanto

Literatura española en esperanto

El cine en esperanto

El humor en esperanto

En esperanto

Índice general

Sobre el esperanto

Un patrimonio literario casi desconocido

El comienzo de la literatura original en esperanto

En los esquemas preconcebidos sobre las lenguas y su pretendido carácter natural, apenas cabe la existencia de literatura en una lengua construida. Pero ahí está.

Cuando el Dr. Zamenhof comenzó a desarrollar una lengua nueva, que pudiera servir como punto de comunicación entre pueblos, tuvo claro que para que ella tomara vida real, no bastaba con crear un instrumento frío, un código neutral, útil para la comunicación comercial. Tenía que ser una lengua real, que transmitiera sentimientos y belleza.

Las características estéticas fueron desde el comienzo uno de los parámetros que había que tener en cuenta. Por ello, no es extraño que el Primer Libro, el folleto que presentó el idioma esperanto al público, contuviera una poesía original y otra traducida. La original era una sencilla composición llamado “Ho mia kor'” (Oh, mi corazón), del propio Zamenhof, que sin ser una obra maestra literaria, es apreciada por su lírica ingenua, y porque sirvió de germen e incitación al cultivo literario de la lengua.

Los pioneros

Los primeros años no vieron un desarrollo espectacular de las potencialidades de la literatura original, ya que los primeros escritores prefirieron explotar la traducción de obras de lenguas nacionales. Se pretendía promover el carácter de puente cultural del nuevo idioma, a la vez que se probaban sus potencialidades como forma de expresión. A la vez se trataba de desarrollar el idioma, ya que se estimaba que así sería más fácil de hacerlo homologable a cualquiera de los ya existentes.

No obstante, algunos de los pioneros quisieron utilizar el esperanto como vehículo de sus aspiraciones literarias, y las primeras revistas comenzaron a incluir poesías y relatos originales. Muchos de ellos fueron incluidos en la “Fundamenta Krestomatio”, una antología de textos supervisada por el propio Zamenhof, que sirvió como modelo de buen esperanto, utilizable tanto por los que aprendían el idioma como por los que querían emplearlo de forma práctica.

Un impulso a la producción literaria fue proporcionada por los "Juegos Florales Internacionales", una iniciativa de los esperantistas catalanes, a semejanza de los Jocs Florals entonces famosos, en la que se premiaban obras en diversos géneros, y que pronto alcanzó prestigio internacional.

Esta primera etapa duró hasta el final de la década de 1910, y fue dominada por escritores del entonces Imperio Ruso (incluida Polonia) y por franceses, principalmente.

Escuela de Budapest

A comienzos de la década de los veinte se fundó la revista “Literatura Mondo” en Budapest. La calidad y exigencia de sus editores hizo que el nivel literario creciera de forma notable. Se creó así un círculo literario, que se conoce como "Escuela Húngara o de Budapest". Sus principales impulsores fueron los húngaros Kálmán Kalocsay y Julio (Gyula) Baghy.

Kalocsay es el poeta de los intelectuales, capaz de crear monumentos tanto originales como en traducciones de múltiples idiomas, con un rigor y una perfección técnica casi inigualables. Su obra fue muy influyente también por su labor como editor, y por su aportación como el gran teórico de la literatura en esperanto. Junto con Gaston Waringhien fue el redactor de la "Guía del Parnaso", una especie de manual de poesía en esperanto, muy influyente para posteriores generaciones, hasta el punto de que se habla de parnasianismo para el estilo poético que allí en parte se recomendaba.

Julio Baghy es el escritor del pueblo esperantista, si así se puede decir. Su estilo popular, sus historias, incluso su carácter personal, hizo de él uno de los autores más leídos y queridos de su época. Sus novelas cortas sobre sus experiencias durante la Gran Guerra fueron éxitos en su momento, y aun hoy se leen con gusto.

Otro escritor asignable a la Escuela Húngara o de Budapest es Ferenc Szilágyi, autor de algunos cuentos muy apreciables. Precisamente una de estas historias cortas fue noticia a finales del 2009, ya que fue traducida al castellano y publicada en edición bilingüe por la editorial Alpha Decay, constituyéndose así en la primera obra traducida al español desde el esperanto en la historia de la literatura en ese idioma.

La Escuela Soviética

Mención especial merecen los autores de la Escuela Soviética, que escribieron en esperanto durante el periodo de auge en los primeros años tras la revolución rusa, influidos por el estilo combativo de esos acontecimientos. El poeta más representativo fue Eugen Mijalski. En la novela destaca Mijaíl Varankin, con su obra "Metropoliteno", aun hoy considerada como una de las mejores obras en prosa de ese periodo. Desgraciadamente, la represión estalinista sobre el movimiento esperantista que tuvo lugar a finales de los años 30 acabó con esa escuela, y con la vida de varios de sus integrantes.

En general, la segunda guerra mundial causó una paralización del movimiento esperantista en general, y de la creación literaria en particular. Pero al acabar el conflicto, el panorama literario no tardaría en renovarse y retomar su fuerza.

Continuar leyendo la segunda parte sobre la literatura del esperanto.

Artículo publicado originalmente en Suite101.net